domingo, 7 de abril de 2013

MOTOGP RACE LOSAIL 2013


El espectador sabe que lo peor que puede pasar en una carrera es que uno de los favoritos se escape. Cuando eso ocurre uno no puede evitar una sensación de nostalgia. La ausencia que produce sentir que, una vez más, no será hoy, no será esa carrera especial que esperas para volver a creer en la magia de las carreras.



Son varios los factores que explican que esto suceda. El piloto que sale en pole tiene la mejor moto para ese circuito, los reglajes armoniosos y el pilotaje valiente y constante forman una ecuación aparentemente irresoluble. Luz verde. Sale admirablemente bien el poleman. El segundo no consigue llegar a su ritmo y se convierte en un tapón, evitando que otros puedan acercarse, preocupándose por no ser sobrepasado. Automáticamente el cerebro del segundo empieza a dilucidar a velocidad de vértigo qué debe hacer, pero el fantasma de que detrás tiene ruedas le hace entrar inseguro en cada paso por curva. La diferencia se acrecienta. Los terceros en discordia entran en una batalla romana de todos contra todos. Aquí sí, el espectador disfruta, hasta que descubre que esa batalla ha ayudado a que el tiempo del líder en la primera vuelta se haya disparado. Los adelantamientos y el pilotaje defensivo hacen que las dos primeras vueltas pasen de ser un espejismo que augura una lucha fratricida a la constatación de que la carrera se ha terminado. En ese momento el ganador no cuenta y para el espectador la carrera empieza de nuevo. ¿Vamos a ver quién ganará el gp de hoy? El primero no, ese ya lo damos por supuesto, el ganador de la carrera. Porque el solitario no combate y sin lucha no hay espectáculo.




Sirva esta intro para decir que este inicio de carrera, este esquema, no es un ataque a Lorenzo, ni a Pedrosa cuando lo ha usado siempre que a podido, ni al canguro Stoner, experto en escaparse, ni a Rossi en sus mejores tiempos. Escaparse es lógico, demuestra superioridad, aunque no del piloto siempre, como hemos visto con todo lo que provoca una pequeña primera toma de ventaja en la psique colectiva del pelotón. Y, por otro lado, escaparse es huir, en el sentido de ahuyentar un peligro. Por eso, para el público, el piloto que se enfrenta al peligro será siempre el más querido, aunque no haya sido el vencedor. Y por eso, hoy, el día en el que el campeón ha dado un golpe sobre la mesa sentado sobre su trono de hierro, el pueblo, la afición, ha aclamado a otros. A los que les han prometido hoy que motogp no ha muerto. Esos pilotos que hoy nos han recordado que hay que seguir creyendo.

Porque Losail ha sido un espectáculo de principio a fin. Jorge Lorenzo sacó su martillo (expresión manida) y clavó tiempos, lo que era de prever dado el buen trato que tiene la Yamaha con el cirtuito de Catar, y puso pies en polvorosa. En un día en que Yamaha tenía los ases, Pedrosa se convirtió en la punta de flecha de honda y batalló desde la segunda posición. Acosado por Dovizioso, Pedrosa no encontró en ningún momento la seguridad que demuestra cuando rueda sin sentir el aliento de los pilotos en su rebufo. Pronto Dani tiró la toalla y se limitó a intentar mantener distancias para que, en el ocaso de las gomas, una sorpresa de última hora le permitiese romper la distancia que se había creado. Y esa actitud, la de intentar mantenerse, ese conformismo de Dani es el que hoy sufrió el mayor castigo.

En primer lugar el castigo de Crutchlow, que ha demostrado con su Yamaha no oficial que sí, que este circuito es territorio Yamaha y que el ganador era previsible. En segundo lugar Valentino. Rossi pagó la novatada. Lo que todos esperábamos de Márquez, se salió de trayectoria y se condenó a recuperar posiciones. Muchos vieron el fracaso, séptimo, puesto propio de su época en Ducati. Lorenzo para por box, información, Pedrosa le sigue, de Rossi no se sabe nada...todo bajo control.

Marc Márquez, sublime, con la madurez que se le presuponía a Rossi, aprendiendo de Pedrosa durante vueltas y más vueltas. Tomando nota, jugando a defenderse, hasta la caída de Crutchlow y ya sí, entonces, enfocado en la segunda parte de carrera en ir a por todas. 

Y Rossi, con la caída de Bradl, ha ganado espacio, espacio necesario, un especia que ha sido una cura. Unas vueltas en carrera, en solitario, sobre SU Yamaha, sin presión, pudiendo, por fin, intentar disfrutar. Vuelta 14, Valentino empieza a clavar los tiempos de Lorenzo. Avanza, avanza, avanza...Rossi ha tenido diez minutos hoy en Losail que no tenían tiempo, no tenían más sentido que volver a ser uno con su moto. "La moto te quiere", le dijo Ángel Nieto en una celebración. Ése puede haber sido el diálogo en esos minutos. "¿Me sigues queriendo?" habrá preguntado Valentino. Y la respuesta ha sido que vuelta a vuelta Valentino se acercaba, como si dos años no hubieran pasado, en busca del próximo, y del próximo, y del próximo.

Y la magia nos regala los acontecimientos como piezas de dominó. Rossi llega, la grada grita como si el tiempo no hubiera pasado, y pasa a Crutchlow, el cual termina fuera de la lucha al salirse de la pista. Por delante Márquez abandonaba el sentido común, abandonaba las ideas que tanto ha oído "es tu primer día, aprende, cuidado, hazte con la moto" y escuchaba su propia voz "Marc, puedes". Y se lanzó, contra un Pedrosa débil, temeroso, que parecía saber lo que iba a pasar. Y Marc voló y abrió un hueco. En ese momento Dani cae en el tablero, se rinde, al ver como el que debía ser novato ha usado la madurez como estrategia. Y en ese momento de duda de Dani, Valentino entra, clavando los tiempos de Lorenzo, lo sobrepasa y sigue la caza, como si nada cambiara. Nunca cambia nada si la moto te quiere.




Y ahora sí. Lorenzo triunfante, pasando curvas, viendo cerca la primera corona del año. Por detrás Máquez. "Vaya, ¡Márquez! Sí sí, le ha echado huevos...". Y mientras en Yamaha intuyen problemas en Honda Valentino sigue a lo suyo, Valentino vive de nuevo un idilio olvidado y quiere llegar al clímax. Y se enfrentan. Rossi, que se había equivocado, tirando sus opciones de ganar a la basura. Y Marc, que no había querido arriesgar y mostraba seguridad pero poca agresividad. Y entonces Losail nos ha presentado de verdad la lucha que hace que motogp sea algo tan maravilloso.



Se han pasado y se han vuelto a pasar. Marc, admirador de Valentino, metiendo rueda. Valentino, nueve veces campeón, viendo al novato más descarado que ha tenido nunca enfrente. Pero el circuito era de Yamaha, Rossi estaba onfire y Márquez ha peleado con el ídolo de su infancia. Si su deseo era enfrentarse a Rossi, su primera experiencia debe ser catalogada de éxito. Es más, me atrevo a decir que hoy Márquez preferiría un cuerpo a cuerpo con Valentino por el segundo puesto, que ser ganador de la carrera en solitario. Valentino le ha dado una lección y Márquez aprende rápido. Hoy Valentino le ha hecho un regalo y si Márquez lo sabe descifrar será el piloto con más seguridad en sí mismo del mundial.

La carrera termina, última vuelta, cartel para Lorenzo. Aparece un nombre, aunque demasiado a lo lejos....un nombre conocido...Rossi...¿Rossi que iba séptimo?

Lorenzo vence. Sonríe. Se muestra seguro de sí mismo. Mientras tanto Márquez y Rossi se abrazan, sonríen y comentan la jugada. Los dos outsiders, las dos dudas parecen claras. Valentino sigue teniendo el amor de la moto. Márquez sigue siendo especial. Pedrosa, por el contrario, deberá enfrentarse consigo mismo antes de sus cambios ciclotímicos le estropeen la temporada de inicio. Llegará su momento.

Jorge ha ganado. Mira a su alrededor. Ovación para Rossi y para Márquez. Lorenzo sonríe durante el himno. Pero, a ratos, serio, mira al horizonte. Él sabe, como todos, que las escapadas son como las caídas. Te tocan algunas al año. Pero hoy Lorenzo mira a la derecha y ve que Rossi ha vuelto. Mira a la izquierda y ve a un imberbe, íntimo de Valentino, que no tiene miedo a nada. Hoy, estoy seguro, es el día en el que Lorenzo se ha sentido más inseguro en lo más alto del podido. Tres dudas tenía hoy. ¿Ganaré si no tengo problemas? ¿Podrá volver Valentino? ¿Márquez será un hype?. Las respuestas, seguro, no son las que esperaba.

En todo deporte entra la psicología. Hoy:

Lorenzo: reforzado en su amor propio. Ha ganado y con distancia. Pero tiene más peligros que hace un año.
Rossi: puedo, la moto me quiere y yo la echaba de menos. Ahora sé, SÉ, que puedo.
Márquez: masterclass. Al hombre que nunca se rinde Valentino hoy le da dado el mejor consejo. ¿Viste lo que hice? Pues nunca te rindas
Pedrosa: Más presión para segunda oportunidad. Si la saca con nota entrará en el grupo. Si no puede rendirse.
Crutchlow: en los circuitos Yamaha va a pelear. Es el test que todos los pilotos que quieran un mundial deben pasar.
Ducati: Annus horribilis. Dovicioso fue un espejismo.

pd: Celebración antes de salir al podium. Lorenzo da la mano a los qataríes mientras Rossi y Márquez bromean. Una vez arriba Rossi habla con Lorenzo. "Aquí estoy...". Se han confirmado tres cosas. Una la sabíamos, Lorenzo calculará y no perdonará ni una. Las otras dos no. Márquez no es un novato, es el futuro amor de la moto. Rossi ha vuelto y morirá matando.




Motogp va a ser apasionante. Nunca una victoria causó menos seguridad y nunca un segundo y tercer puesto confirmaron tantas incógnitas. 

En Austin más.








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