miércoles, 30 de marzo de 2011

¿por qué no veo al barça?



Este año no veo casi partidos del barça. Me puede el sopor. Me puede la desgana.
El mejor equipo de la historia, la masía, la escalibada, el as y el sport...es un coñazo.
El año pasado ponía el fútbol y me daba igual lo que pasara. Quería ver a Yaya Touré dominando el centro del campo, robando balones caminando, imperial, coloso. Me gustaba ver a Ibra, fallando goles, enfadado consigo mismo, olvidando que cien mil personas estaban en el campo, enfrentado a sí mismo.

Recuerdo su gol al madrid, su eliminatoria en el campo del arsenal, tras una primera parte nefasta, dejando el pase en bandeja con dos golazos. Recuerdo que los octavos contra el stuttgart los pasamos gracias a él.

Echo de menos a Ibra. Su espaldinha en Mallorca, su taconazo en Jérez, el pase a Piqué en el Sardinero, su penalty ante el espanyol, su control de pecho ante el Rubin Kazán...y sobre todo, echo de menos que alguien se enfrente a Messi y Guardiola. A la visión rousseniana del fútbol.

Hace meses que no soporto al barcelona. Sobre todo desde que en la liga pasada se ensalzó a Bojan en las últimas tres jornadas y se despreciaron los 21 goles del sueco, la primera parte de liga que regaló al barcelona, el derby que ganó en un abrir y cerrar de ojos. Aquel día el campo coreó su nombre y meses después le silbaron por culpa de esa prensa patética que simboliza la tradicional envidia que ha matado a España siempre.

Ibra es un desastre, es un chulo, es un creído...pero cree lo que sabe, que es bueno. Ibra se cansó de sacrificarse, de recibir pitadas para que brillara Messi. A Ibra le engañaron y se hartó. Llegó con un brazo fracturado y en su primer partido, en el Gamper, con una venda, intentó una media chilena. Guardiola se echó las manos a la cabeza, el campo también. Quizá no se recuperaba si hacía esas cosas. Esas cosas por las que es especial (para qué coño se paga un entrada a un campo?)

Hace meses vi la supercopa de España contra el Sevilla, la ida por tele, gol de Ibra (después de inflarse a goles en la pretemporada). Vi la vuelta en el camp nou, fui por ver a Ibra...suplente. Messi marcó tres goles. El equipo ganó en el diferencial por el gol fuera de casa. Nadie aplaudió a Ibra, sólo yo. Por aquel entonces ya estaba enfadado con Guardiola. Aquel día explotó. La gente le rechazó. Juré no volver al camp nou en mucho tiempo.

Los que aplaudían a Bojan. Los que decían que el sueco era malo. Ibra se cansó y se marchó. Ibra nunca triunfará (para ellos), no será balón de oro. No va con él, aunque lo desee, en realidad, le da igual, porque su orgullo puede más que su avaricia (y esa es su jodida virtud).

Será el rey en Italia. Podría haber triunfado (Iniesta dijo que se habían hecho mal las cosas con él, Alves que faltó paciencia), se entregó al principio, pero se sintió estafado. El año en el que Henry desapareció, en el que Iniesta estuvo lesionado media temporada entre pitos y flautas, él sufrió agarrones, le pitaron faltas que no eran, regaló un taconazo a Pedro que vale un museo y se marchó por la puerta de atrás.

En este club irte por detrás es señal de que has hecho las cosas bien. Es una lástima que Guardiola lo haya olvidado, acusado de tener el sida, de liarse con Figo, de dopaje, marchándose como un apestado a Italia y a Qatar.

Vino Villa...que falla más goles (ver estadística de remates), que da menos asistencias...pero que asume su papel de secundario. Que cada vez que habla en un micro hace una felación a Messi, otra a Xavi y otra a la prensa...Esa falsa modestia que encarna Guardiola, equiparable en su patetismo a la exaltación ególatra de Mourinho, es cansina.

Bojan está en el club porque es de la masía. Igual que muchos que irán y vendrán. Pedro, cuando las cosas vayan mal, será el primero en ser silbado. Busquets igual. Pero Ibra y Touré estarán lejos, fracasando, pero jugando. Y verles me gusta. Hace poco, en Armenia, dejé de ver al Barcelona por ver el final de un partido del City donde Touré jugó fatal. Cambié al final y pasé del Barça al Milán. Primera jugada, Ibra falla un gol cantado. Sonreí. Porque es cuestión de tiempo que haga un taconazo, un regate especial, que remate, que marque, que mire al campo y que piense "yo fui el que renunció a sí mismo para que aplaudiérais a Messi". No quiso hacerlo más porque es mejor que eso. No como Pedro y Villa.

Como Tévez y la selección argentina (cómetela Lionel)

Ibra, fracasa (para ellos), pero antes, regálame algún detalle más que me haga pensar que el fútbol es algo más que canaletas. No te perdonaron que echaras a Eto´o. No te perdonaron que te metieras con Guardiola y Messi. Pero gracias por hacerlo. A mí la champions no me vale tanto como verte enfrentado a ti mismo, jugando a un juego en el que la clase esté por encima del resultado. Celebra un gol. O mejor, enfádate al fallarlo, tápate los ojos y júzgate antes de que lo hagan los demás. No pidas perdón, porque el perdón no cambia nada.

Y cuando en un taconazo imposible pierdas el balón y el equipo contrario marque gol yo te aplaudiré. Porque sin orgullo serías uno de tantos de la masía.