Hace un año el Barcelona se plantaba en dos finales, Copa del Rey contra el Atletic y Champions contra el Manchester. En ambas una baja por sanción, Eric Abidal. Ahora, ante la llegada del clásico, una sospechosa lesión le impedirá jugar. Charlamos con el lateral francés en la terraza de un Café en la Barceloneta.
Reportero: ¿Cómo está su lesión?
Abidal: Bueno, es el primer día. Me lo tomo con calma.
R.: Hay quien le acusa de borrarse de los partidos importantes.
A.: No me importa lo que puedan decir de mí. Pero no hay que ser un cerebro para ver lo evidente.
R.: ¿Qué siente ante esta mala suerte que parece cebarse con usted?
A.: Mire, en realidad no se trata de mala suerte. En este caso sí, porque es una lesión. Pero a mí los partidos importantes me gusta verlos por la televisión. La gente no lo entiende pero en el campo no se disfruta igual. ¿Usted cree que yo veo los goles de Messi?
R.: Hombre, algo verá...
A.: Pues no, no veo nada y además tengo que cruzar el campo para darle un abrazo. Por eso no entiendo que Valdés siempre los celebre dando un salto. Cuando hay un córner me acerco y le susurro "hipócrita". Pero siempre con cariño.
R.: ¿Me está diciendo que ha forzado sus ausencias?
A.: Por supuesto. El año pasado recuerdo la semifinal de copa. Guardiola nos dijo que si pasábamos iríamos a la final en autobús. Aquello no me hizo gracia, porque suelo tener mareos y necesito biodramina, así que di unas patadas hasta que el árbitro decidió echarme.
R.: ¿Y en Stanford Bridge?
A.: Aquello fue diferente. Nunca olvidaré aquel día. De entrada jugó Yaya de central. Yo estaba acojonado. De repente empezaron a atacarnos, yo intuía que nos iban a golear...
R.: Pero el aficionado tiene claro que ustedes tenían confianza en sus posibilidades...
A.: El aficionado no se entera de nada. Yo estaba convencido de que nos iban a dar una paliza y bromeé en el túnel de vestuarios con Yaya al respecto. Por eso, en la segunda parte, viendo todo tan negro decidí forzar la expulsión. Lo reconozco, a veces busco la roja.
R.: ¿Pero se da cuenta del daño que hacía al equipo?
A.: Mire, lo cierto es que cuando estaba en la ducha pensé "la has liado parda" pero me dio la risa. Luego me enteré del gol de Iniesta y me di cuenta de que gracias a mí el equipo había crecido y creía. Además, cuando me sacan la roja sé que soy el centro de atención, es mi momento de gloria.
R: Y la final de Roma...¿no le molestó perdérsela?
A.: Es que a mí jugar con Yaya de central no me da confianza. Jugamos a ping pong los fines de semana y sé que es un poco patoso y alocado, se va para arriba y se le calienta la boca. Yo pensaba que no ganábamos...
R: Me está usted sorprendiendo...
A: Soy así, un jugador con personalidad. Además, vi el partido por televisión y lo disfruté como nadie. Cuando no juego puedo tomar una cervecita que es como me gusta ver el espectáculo. Así no tengo problemas luego con los controles.
R: ¿Qué opina del partido del fin de semana contra el Madrid?
A: Lo disfrutaré como un aficionado más, desde casa, que es donde me gusta estar. No es que confíe mucho en mis compañeros pero como yo no estaré en el campo a mí nadie podrá reprocharme nada.
R: ¿Cuándo volveremos a ver a Abidal jugar?
A: Bueno, depende, yo creo que en dos semanas, pero lo que tengo claro es que en la vuelta contra el Inter, intentaré forzar la roja. La final de Champions la tengo marcada en mi calendario personal para estrenar una tele de plama que compré en diciembre en Abu Dhabi y que me traen en elefante.
R: Bueno, gracias por atendernos y esperamos que se recupere pronto.
A: Gracias, pero vamos, no se preocupe. A mí no jugar no me afecta. Disfruto como cualquier aficionado. Y eso seguiré haciendo. Correr la banda parece bonito, pero es agotador. Que la corra otro.
Reportero: ¿Cómo está su lesión?
Abidal: Bueno, es el primer día. Me lo tomo con calma.
R.: Hay quien le acusa de borrarse de los partidos importantes.
A.: No me importa lo que puedan decir de mí. Pero no hay que ser un cerebro para ver lo evidente.
R.: ¿Qué siente ante esta mala suerte que parece cebarse con usted?
A.: Mire, en realidad no se trata de mala suerte. En este caso sí, porque es una lesión. Pero a mí los partidos importantes me gusta verlos por la televisión. La gente no lo entiende pero en el campo no se disfruta igual. ¿Usted cree que yo veo los goles de Messi?
R.: Hombre, algo verá...
A.: Pues no, no veo nada y además tengo que cruzar el campo para darle un abrazo. Por eso no entiendo que Valdés siempre los celebre dando un salto. Cuando hay un córner me acerco y le susurro "hipócrita". Pero siempre con cariño.
R.: ¿Me está diciendo que ha forzado sus ausencias?
A.: Por supuesto. El año pasado recuerdo la semifinal de copa. Guardiola nos dijo que si pasábamos iríamos a la final en autobús. Aquello no me hizo gracia, porque suelo tener mareos y necesito biodramina, así que di unas patadas hasta que el árbitro decidió echarme.
R.: ¿Y en Stanford Bridge?
A.: Aquello fue diferente. Nunca olvidaré aquel día. De entrada jugó Yaya de central. Yo estaba acojonado. De repente empezaron a atacarnos, yo intuía que nos iban a golear...
R.: Pero el aficionado tiene claro que ustedes tenían confianza en sus posibilidades...
A.: El aficionado no se entera de nada. Yo estaba convencido de que nos iban a dar una paliza y bromeé en el túnel de vestuarios con Yaya al respecto. Por eso, en la segunda parte, viendo todo tan negro decidí forzar la expulsión. Lo reconozco, a veces busco la roja.
R.: ¿Pero se da cuenta del daño que hacía al equipo?
A.: Mire, lo cierto es que cuando estaba en la ducha pensé "la has liado parda" pero me dio la risa. Luego me enteré del gol de Iniesta y me di cuenta de que gracias a mí el equipo había crecido y creía. Además, cuando me sacan la roja sé que soy el centro de atención, es mi momento de gloria.
R: Y la final de Roma...¿no le molestó perdérsela?
A.: Es que a mí jugar con Yaya de central no me da confianza. Jugamos a ping pong los fines de semana y sé que es un poco patoso y alocado, se va para arriba y se le calienta la boca. Yo pensaba que no ganábamos...
R: Me está usted sorprendiendo...
A: Soy así, un jugador con personalidad. Además, vi el partido por televisión y lo disfruté como nadie. Cuando no juego puedo tomar una cervecita que es como me gusta ver el espectáculo. Así no tengo problemas luego con los controles.
R: ¿Qué opina del partido del fin de semana contra el Madrid?
A: Lo disfrutaré como un aficionado más, desde casa, que es donde me gusta estar. No es que confíe mucho en mis compañeros pero como yo no estaré en el campo a mí nadie podrá reprocharme nada.
R: ¿Cuándo volveremos a ver a Abidal jugar?
A: Bueno, depende, yo creo que en dos semanas, pero lo que tengo claro es que en la vuelta contra el Inter, intentaré forzar la roja. La final de Champions la tengo marcada en mi calendario personal para estrenar una tele de plama que compré en diciembre en Abu Dhabi y que me traen en elefante.
R: Bueno, gracias por atendernos y esperamos que se recupere pronto.
A: Gracias, pero vamos, no se preocupe. A mí no jugar no me afecta. Disfruto como cualquier aficionado. Y eso seguiré haciendo. Correr la banda parece bonito, pero es agotador. Que la corra otro.
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